La polémica desatada tras la muerte de un cachorro de oso negro ocasionada presuntamente por habitantes de una localidad del norte de México, que quedó grabada en un video que se difundió en las redes sociales, llevó a las autoridades a abrir una investigación, anunció el martes el gobierno estatal.

El gobernador del estado de Coahuila, Miguel Riquelme, informó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Fiscalía General del estado iniciaron una investigación por la muerte de “un espécimen en peligro de extinción y el maltrato al que fue sometido”.

“Reprobamos enérgicamente las indignantes acciones de quienes participaron en el maltrato y muerte de un ejemplar”, dijo Riquelme en su cuenta de Twitter.

Por su parte, Profepa indicó que formulará una denuncia penal contra los presuntos responsables del evento ocurrido en Coahuila, y precisó que los hechos pueden “ser constitutivos de delito contra la biodiversidad”.

Los pronunciamientos de las autoridades se dan luego de la difusión el lunes en las redes sociales de unas imágenes en las que se ven varias personas amarrando y golpeando a un pequeño oso negro, que según algunos medios locales se apareció en la comunidad para buscar agua y comida. En un video se ve al animal amarrado en el suelo mientras algunos pobladores lo observan a distancia.

Las imágenes generaron reacciones de rechazo de activistas y usuarios de las redes sociales.

“El asesinato del oso negro es el ejemplo de cómo la normalización de la violencia es un mal que debe ser atacado con prevención. La inhumanidad de amarrar, golpear y ver como asesinan un bebé oso es de personas que la violencia no les genera dolor. Ese, es el cáncer social”, dijo en su cuenta de Twitter la activista Saskia Niño de Rivera, presidenta de la asociación civil mexicana Reinserta, que atiende a los hijos de presas.

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