Las animaciones «Mi amigo el sol, sobre el agotamiento del astro rey», está en fase de producción, y «Un reino para todos nosotros» busca recursos para llegar a cines.
Entre 2017 y 2022, de acuerdo con las cifras más recientes del Instituto Mexicano de Cinematografía, sólo se produjeron 39 títulos pensados para dicho público, dentro de un universo de más de mil 200 historias realizadas. Es decir, sólo tres de cada 100 largometrajes en el periodo.
México, según el último Censo de Población ejecutado por el INEGI, registra cerca de 29 millones de niños con edades comprendidas entre los cinco y los 17 años, lo cual representa 23% del total de los habitantes en la República.
Liz Díaz, productora de La bruja del bosque oscuro, dice que cuando platicaba con canales de tv sobre contenidos, le referían estar ávidos de historias familiares.
“Decían: ya tenemos acción, comedia y drama, pero no para los peques. Esto es algo importante que se ha dejado de lado”.
Ella y su socio alemán decidieron filmar una historia escrita y dirigida por Adolfo López Campaña, fan de las cosas paranormales; imaginó la desaparición de una niña por la bruja de un bosque.
Una bruja y un monstruo que arroja niños a un cenote, la leyenda azteca del Quinto Sol y criaturas fantásticas en una historia de lucha por la vida digna caminan en distintas fases para ser la próxima generación de cine nacional para las infancias, un sector para el que se produce poco en México.
“Todo sucede en Guadalajara con cuatro niños que deciden ir a buscarla porque la policía no hace nada. Piden ayuda a una youtuber que investiga cosas paranormales y luego llega un policía escéptico que también va con ellos. En el bosque encantado enfrentan a la bruja”, cuenta la productora.
Monstruo de Xibalbá, ópera prima de Manuela Irene Espitia, es una cinta de acción viva que tardó 14 años en concretarse.
Durante 2021 fue el primer proyecto respaldado por la convocatoria Producción de Cine para las Infancias promovido por el Focine. El protagonista es un niño abandonado por su papás divorciados, a quien mandan en el verano al pueblo de su niñera maya.
“La comencé a escribir en 2010 y la estoy terminando en 2024, fue un proceso largo. Creo que muchos cineastas no tienen el impulso de hablar de temas de infancia porque se enfocan en retratar su vivencia personal o cosas que tienen más frescas, o se asume que películas para niños deben tener un humor simplón, con un lenguaje nada retador y una historia donde todo acaba bien, sin embargo no es así”.
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El Anuario Estadístico del Cine Mexicano refiere que, desde 2017, sólo ha habido 26 estrenos con narrativas centradas en las infancias, como Águila y Jaguar, los guerreros legendarios y Temporada de campo, que en conjunto vendieron 7.9 millones de boletos, cifra que por sí sola promediaba alguna entrega de Harry Potter.
La cifra de 26 representa 0.05% dentro de los más de 500 lanzamientos comerciales nacionales, apuntados desde el mismo año.
Los festivales que difunden cine nacional tampoco son opción. Durante 2022 menos de 10 festivales, de los más de 200 realizados, tuvieron películas pensadas para las infancias y no sólo producciones locales.
Miguel Uriegas, productor de las animaciones El niño en la piedra y Un disfraz para Nicolás, ahora realizador de Un reino para todos nosotros, comenta que los distribuidores le dicen que el problema es el costo de promover algo que no es franquicia conocida.
Mientras «La bruja del bosque oscuro», dirigida por Adolfo López Campaña, parte del rapto de una niña, Monstruo de Xibalbá, ópera prima de Manuela Irene Aspitia, sigue a un pequeño quien, en un pueblo maya, conoce del terror que siembra un ermitaño; ambas están terminadas y en busca de salida comercial.
“Nos han dicho que tienen que hacer un bombardeo grande (publicitario) para llegar a los niños y si esto pasa para la animación, pasa también y más para la acción viva”, apunta.
“Donde hay un mercado para niños pequeños es hacer contenidos cortos como en YouTube, eso es algo que valdría la pena explorar”, añade.