El Tianguis Turístico 2024, realizado en Expo Mundo Imperial, en Acapulco, dejó una derrama económica de 200 millones de pesos, dijo a El Economista Alejandro Martínez Sidney, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo del puerto.

Dicha cifra contempla la participación de 1,441 expositores, así como la mano de obra para la fabricación y colocación de sus stands, y de todo lo relacionado el transporte y la movilidad en torno al Tianguis Turístico, detalló.

Aunque los contratos, ventas y citas de negocios “no estuvieron a la altura” de lo que se esperaría en condiciones normales, ya que aún hay cerca de 10,000 habitaciones de lujo inhabilitadas, lo cual imposibilitó que permeara la derrama hacia Acapulco, a raíz del huracán Otis.

En ese sentido, Seyed Rezvani, director general de Mundo Imperial, señaló en entrevista los esfuerzos del grupo para mantener el turismo de reuniones que ya se asentaba en Acapulco antes del siniestro, “somos un destino dentro de un destino” que consta de tres hoteles, un centro de convenciones –que fue la sede del Tianguis Turístico– y dos centros de entretenimiento; estas unidades de negocio también son el sustento de familias; “nosotros dependemos casi al 100% de la reactivación del turismo”.

Por ello, se enfocaron en salvar la mayoría de congresos que se tenían contemplados para los meses posteriores al huracán, se dieron a la tarea de buscarlos y asegurar la realización de eventos como el Congreso Mexicano de Cardiología, el abierto de Tenis, el Tianguis Turístico y la edición 87 de la Convención Bancaria, a celebrarse este 18 y 19 de abril.

Reconstrucción estratégica
Actualmente, Mundo Imperial opera con 1,300 de 2,000 habitaciones, que es cerca de 70%, y proyectan abrir 250 habitaciones más en julio; por último, la torre Pirámide del Princess será abierta en su totalidad el 25 de octubre de este año, completando así 100% de la reapertura.

En las labores, desde los primeros días de la crisis, participaron 3,000 personas, la mitad viajó de otros estados para trabajos de construcción, electrónica, hidrosanitarias y demás, que se sumaron a los 1,500 empleados del complejo quienes sin importar su cargo ayudaron a tareas desde remoción de escombros, limpieza y vigilancia en los primeros días, hasta labores de pintura, carpintería y jardinería.

Seyed Rezvan catalogó esta experiencia como la más grande que ha tenido en la vida, refiriéndose a la unión que se generó entre los distintos miembros de su equipo para levantar el complejo, recordando como fue “en los primeros 60 o 90 días, que nada funciona, pero el cocinero está cortando árboles o moviendo escombros, entonces empieza a apreciar el trabajo del jardinero”.

Esto, añadió, dotó a los empleados que se quedaron de un sentido de empatía, hermandad y empoderamiento que resultó en una apropiación del trabajo.

También se buscó en la tragedia una oportunidad para la reinvención de sus instalaciones con un enfoque sustentable, con sistemas de ahorro de energía, generación de agua caliente, energía solar, “para crear un Princess más modernizado para los próximos 50 años”.

Acapulco renace
El estado de Guerrero tuvo el stand de mayor dimensión dentro del Tianguis Turístico, también fue el que más citas de negocios logró concretar, con 1,400, mandando un mensaje contundente de que Acapulco está en proceso de recuperación, señaló Alejandro Martínez.

Remarcó que la cámara se mantiene firme a las necesidades turísticas del puerto y a la creación de oportunidades y negocios.

El hecho de que se concretaran estos eventos propició que los empresarios redoblaran esfuerzos para tener las sedes listas, como pudo apreciarse con Mundo Imperial. “Es el momento de disfrutar Acapulco. Así estará de pie más rápido”.

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