Cuatro marinos que operaban bajo el mando de la Guardia Nacional de México fueron puestos a disposición de las autoridades por estar presuntamente vinculados con el tráfico de migrantes rusos en el sur del país, informó la Secretaría de Marina.
Según el comunicado, los militares se encontraban escoltando a un vehículo particular con dos personas rusas en Salina Cruz, Oaxaca, un municipio del istmo de Tehuantepec, la zona más estrecha del sur de México y donde las fuerzas de seguridad realizan la mayor cantidad de operativos para evitar que los migrantes avancen hasta Estados Unidos.
Asimismo, en un hotel de ese municipio fueron localizados otros 12 migrantes rusos.
La entrega de los marinos a las autoridades para investigarlos tuvo lugar después de que 38 migrantes murieron en un incendio en un centro de detención de la norteña Ciudad Juárez sin que los guardias de las instalaciones los ayudaran a evacuar el lugar.
El suceso ha avivados las críticas contra el Instituto Nacional de Migración y la política migratoria del actual gobierno, en el que las fuerzas armadas han tenido un papel clave. Muchos militares retirados asumieron puestos de mando en la agencia migratoria y la primera función de la Guardia Nacional -un cuerpo civilque luego pasó a estar bajo el mando del ejército- ha sido controlar los flujos migratorios.
En el comunicado la Marina aclaró que los marinos investigados siempre operaron bajo el mando de la Guardia Nacional, en el que “se han desempeñado en apoyo a la seguridad pública”.
Numerosos colectivos nacionales e internacionales han criticado la creciente militarización de las labores policiales de México y de la gestión de la migración por la falta de mecanismos para que los militares rindan cuentas ante cualquier tipo de abusos.