Durante su conferencia diaria, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dedicó unos minutos a responder a los comentarios del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre las manifestaciones en contra de la reforma electoral presentada por el mandatario del país azteca. El reclamo de López Obrador tuvo como fundamento la «injerencia de Estados Unidos» en los asuntos internos de México.

Las declaraciones de AMLO tuvieron como objetivo defender su postura ante Washington, que el lunes reconoció un «intenso debate» entre el Gobierno mexicano y la oposición, además de remarcar la necesidad de defender la independencia de los organismos electorales en el país, que fue el motivo de las movilizaciones del pasado 26 de febrero.

«Todavía no abandonan la política de hace dos siglos, la política de Monroe, de sentirse el gobierno del mundo», mencionó el mandatario mexicano al expresar su descontento con el comunicado del Departamento de Estado sobre las manifestaciones en el centro de la capital.

“Un sistema electoral independiente, con buenos recursos y respeto a la independencia judicial, apoyan una democracia saludable”, fueron las palabras del Departamento de Estado de EE. UU. que enfurecieron al mandatario mexicano.

AMLO respondió, dejando al margen al presidente Joe Biden, que “como es la mala costumbre, siempre se inmiscuyen en asuntos que no les corresponden, muy contrario a lo que piensa el presidente Biden, que siempre habla de un pie de igualdad, pero como dice la canción, pesa más o se impone más la costumbre, la mala costumbre en este caso, que el amor o el respeto”.

Las protestas contra la reforma electoral de AMLO 

El pasado 26 de febrero, alrededor de 100.000 personas se congregaron en la plaza central de la Ciudad de México para demostrar su inconformidad con la reforma electoral propuesta por el presidente.

Una reforma inicial ya había sido rechazada por el Poder Legislativo mexicano, sin embargo, el mandatario presentó una alternativa similar que modifica leyes secundarias. La última fue aprobada recientemente por el Senado.

El denominado ‘Plan B’ modifica la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), que es el órgano independiente que se encarga de velar por la transparencia en las elecciones. Así, disminuye el presupuesto destinado al organismo y se reduce el personal activo en el territorio.

Además, la reforma actual modifica la legislación actual sobre la propaganda gubernamental, lo que permitirá una mayor libertad en el uso de fondos públicos para publicidad política, además de una limitante para las sanciones del INE a funcionarios que se expresen a favor de un candidato públicamente.

Las voces opositoras en México expresan preocupación por el ‘Plan B’ y exponen que el posicionamiento del mandatario pone en peligro la joven democracia del país, aunque el Gobierno desestima los reclamos y señala a la oposición de estar controlada por los partidos de derecha.

El presidente mexicano también aprovechó para expresar su disgusto ante una supuesta intervención estadounidense en la crisis política en Perú.

«Si quieren seguir con la misma política, pues que se ocupen de lo que está pasando en el Perú, en donde ahí la embajadora de Estados Unidos es la asesora de los golpistas que pisotearon las libertades y la democracia en ese país», fueron las palabras de López Obrador para sacudir los dichos de Antony Blinken.

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