La desaceleración que se prevé en la economía estadounidense tendrá su efecto en el comercio mexicano; finanzas públicas, en riesgo al estar sobre estimadas.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) no descartó que el próximo año se pueda observar una recesión en México, sobre todo ante las señales de que suceda lo mismo en Estados Unidos.

Durante la última conferencia de prensa del año, y la última al frente del IMEF, Alejandro Hernández Bringas, expuso que la desaceleración que se prevé en la economía estadounidense tendrá su efecto en el comercio mexicano, ya que el país vecino del norte es el principal socio comercial de México.

“La desaceleración prevista para la economía de Estados Unidos conlleva el riesgo de convertirse en una recesión, y podría frenar el ritmo de nuestro comercio externo que, hasta el momento, ha sido uno de los motores encendidos en la reactivación de nuestra economía”, dijo a medios de comunicación.

Esto, en conjunto con la incertidumbre económica, los altos niveles de inflación y los incrementos en las tasas de interés a nivel internacional, hacen que el 2023 sea un año retador para la economía mexicana.

Asimismo, otros factores que pueden afectar el desempeño de México son los problemas que se presentan en China –donde existe un alarmante repunte de Covid-19– y factores internos como el mal ambiente para hacer negocios que se ha generado en la actual administración.

“En el entorno doméstico, una preocupación constante es la relacionada con decisiones políticas que enturbien el ambiente de negocios, como fue la aprobación, en el Congreso, de diversas medidas que modifican la regulación electoral, el llamado Plan B o recientemente el cabotaje aéreo en el país; lo que complica considerablemente la operación a empresas mexicanas, perdiendo la oportunidad de obtener beneficios para los consumidores nacionales si se negociara de forma simétrica con otros países”, destacó el presidente del IMEF.

En este sentido, el IMEF estimó que el siguiente año, la economía mexicana crezca alrededor de 1.2%, un dato mucho menor a la estimación puntual de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de 3 por ciento.

Lo anterior, aseguró Mario Correa, presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF, puede ser un riesgo para las finanzas públicas al estar sobre estimadas con una proyección bastante optimista que, de no cumplirse, le pasará factura a los ingresos.

Mejora pronóstico

En lo que se refiere a este año, el IMEF mejoró su proyección de crecimiento ante los últimos datos que se han conocido.

Ahora, se espera un crecimiento de 3.0% contra el pronóstico de noviembre, de 2.5 por ciento.

“Se explica por el restablecimiento de la movilidad y la recuperación de varios sectores que todavía venían rezagados, por lo que habrá que tomar esta mejoría con la debida reserva, ya que la producción apenas regresó a sus niveles pre-pandemia en el tercer trimestre del 2022, muy rezagada respecto a lo observado en otros países”, destacó el presidente del IMEF.

En cuanto a la inflación, se espera cierre el año en 8.4%, mientras que el tipo de cambio en 19.9 pesos por dólar.

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