El funeral por Shireen Abu Akleh ha tenido lugar en Jerusalén este viernes y se ha saldado con 33 heridos

La Policía de Israel ha anunciado este sábado que llevará a cabo una investigación sobre la actuación de sus agentes durante el funeral de la periodista palestina Shireen Abu Akleh en Jerusalén, tras una ola de críticas por la represión policial contra quienes portaban su ataúd.

«El comisionado de la Policía de Israel, en coordinación con el ministro de Seguridad Pública, ha dado instrucciones para que se lleve a cabo una investigación sobre el incidente», ha señalado hoy en un comunicado un portavoz policial, que ha agregado que «la Policía de Israel apoya a sus oficiales, pero como organización profesional que busca aprender y mejorar, también sacará lecciones del incidente».

La Policía ha argumentado que durante las ceremonias fúnebres «los agentes estuvieron expuestos a la violencia de alborotadores», que «intentaron sabotear la ceremonia y dañar a los policías». Ante esto, ha añadido, los oficiales respondieron mediante el uso de la fuerza.

La decisión de investigar estos hechos llega en respuesta a una ola de críticas por parte de la comunidad internacional, incluidos el Gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU, tras viralizarse las imágenes de agentes israelíes golpeando con bastones a los palestinos que cargaban el ataúd de Abu Akleh, casi haciéndolo caer.

Durante la jornada del viernes, la Policía israelí ofreció diversos argumentos para justificar la violencia de sus fuerzas, primero alegando cantos nacionalistas, incitación a la violencia y el presunto lanzamiento de piedras, y luego enfatizando que la intención de sacar el cuerpo de la reportera del hospital en hombros violaba un acuerdo con su familia para hacerlo en un vehículo.

Estos episodios se produjeron en un contexto de alta tensión en Jerusalén, donde unos 10.000 palestinos se han congregado para despedir a la veterana periodista, oriunda de la ciudad y que murió el miércoles por un disparo en la cabeza mientras cubría una redada del Ejército israelí en la ciudad cisjordana de Yenín.

Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como la cadena catarí Al Yazira -para la cual trabajaba Abu Akleh- y varios periodistas que estaban con ella cuando murió acusaron a las tropas israelíes de haberla asesinado.

El Gobierno israelí, por su parte, responsabilizó inicialmente a milicianos palestinos y luego señaló que por el momento es imposible determinar quién efectuó el disparo, remarcando la necesidad de llevar a cabo una investigación conjunta, algo a lo que la ANP se niega.

La redada en la que murió Abu Akleh, de 51 años y que contaba con doble nacionalidad palestina y estadounidense, se produjo en el marco del actual repunte de violencia en la región, que comenzó hace casi dos meses con una ola de ataques en territorio israelí y que ya ha causado más de 50 muertos.

Ayer, durante una nueva operación de arresto en Yenín, un intercambio de fuego con milicianos palestinos provocó la muerte de un sargento de una unidad especial de la Policía israelí, además de 13 palestinos heridos.

Este sábado, la agencia oficial de noticias palestina, WAFA, ha informado de la muerte de un joven de 23 años que había resultado herido el pasado 22 de abril durante enfrentamientos con las tropas israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

REACCIONES INTERNACIONALES

«Las imágenes de la intervención policial israelí en el cortejo fúnebre nos perturbaron profundamente», ha reaccionado el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.

La Unión Europea ha condenado «el uso desproporcionado de la fuerza y el comportamiento irrespetuoso de la policía israelí hacia los participantes en el cortejo fúnebre».

La representación francesa en Jerusalén ha dicho que la «violencia policial» era «profundamente chocante» y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se ha mostrado «profundamente perturbado».

«Las fuerzas de ocupación no sólo mataron a Shireen, sino que también aterrorizaron a quienes la acompañaron a su última morada», ha denunciado Catar.

Según la Media Luna palestina, 33 personas resultaron heridas durante las exequias y la policía israelí informó que había detenido a seis personas.

En una postura inusualmente unánime, el Consejo de Seguridad de la ONU «condenó enérgicamente el asesinato» de la periodista y reclamó «una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial» para «garantizar la rendición de cuentas».

ORIGEN DEL DISPARO

La Autoridad palestina, Al Yazira y el gobierno de Catar acusan al ejército israelí de haber asesinado la periodista, de 51 años.

En un primer momento, Israel aseguró que la reportera «probablemente» murió por los disparos de combatientes palestinos. Pero después, dijo que no podía descartar la responsabilidad de los soldados israelíes.

Según un comunicado de la fiscalía palestina de la ciudad cisjordana de Ramala el viernes, «los resultados iniciales de la investigación mostraron que el único origen de los disparos contra Shireen fueron las fuerzas de ocupación israelíes».

El ejército israelí había asegurado que no era posible determinar de inmediato el origen del tiro, que podía provenir del bando palestino o israelí.

Las autoridades israelíes piden que se les entregue la bala para realizar un examen balístico y proponen que tanto expertos palestinos como estadounidenses estén presentes.

Pero la Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abas, ha rechazado la idea de una investigación conjunta con Israel y declaró que quería remitir el caso a la Corte Penal Internacional. «Las autoridades israelíes cometieron este crimen y no les tenemos confianza», dijo.

El sábado, Hussein al-Sheij, una alta figura de la Autoridad palestina, ha dicho en Twitter que «acoge con satisfacción la participación de todos los organismos internacionales en la investigación del asesinato de Shireen Abu Akleh».»Lo ocurrido en el funeral refuerza nuestra posición de rechazo a la participación de Israel en la investigación», ha añadido.

El funeral tuvo lugar en un contexto de nuevos enfrentamientos cerca de Yenín durante las operaciones del ejército. Un policía israelí fue abatido por combatientes palestinos y 13 palestinos resultaron heridos.

El ejército israelí lanzó varias operaciones en el campo de refugiados de Yenín, un bastión de las facciones armadas palestinas de donde proceden los autores de los recientes atentados en Israel.

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