El ‘número dos’ del Ministerio de Defensa británico ve legítimo que Kiev recurra a esta estrategia para paralizar la ofensiva del Kremlin

A Moscú no le ha gustado el llamamiento británico a Ucrania para que no solo frene al ejército ruso, sino que contraataque también en Rusia. El Ministerio de Exteriores del país eslavo ha lanzado un ultimátum a Occidente y ha advertido de que una incursión de Ucrania en su territorio podría provocar una escalada en el conflicto. Moscú acusó este jueves a Estados Unidos y a Europa de animar a Kiev a atacar a Rusia con las armas que le están proporcionando, y amenazó con dar “una respuesta dura” a una posible operación ucrania en su propio terreno. Este mensaje supone un peldaño más en el incremento de tensión entre Rusia y los países occidentales por el conflicto en Ucrania.

“Me gustaría que Kiev y las capitales occidentales se tomen en serio las declaraciones de nuestro Ministerio de Defensa de que un nuevo llamamiento a Ucrania para que ataque a Rusia empleando las armas que le proporcionan provocará, sin lugar a dudas, una dura respuesta por nuestra parte”, subrayó este jueves la portavoz de Exteriores, María Zajárova.

Moscú ha acusado a Kiev de atacar su territorio en varias ocasiones en el último mes. Entre otras acciones, denunció una supuesta incursión de helicópteros en la región de Belgorod, cercana a Ucrania, en la que fueron destruidos unos depósitos de combustible, algo que Kiev no negó ni confirmó; y otros bombardeos en ciudades fronterizas como Klimovo, aunque Ucrania respondió en aquella ocasión que esos hechos fueron un montaje para incriminarla. Por otra parte, el Kremlin envió esta semana una nota de protesta a Washington por el suministro de armamento a Kiev y exigió que cese “de forma inmediata”, según declaró su embajador en Estados Unidos, Anatoli Antonov, en una entrevista del canal Rossiya 24.

La portavoz de Exteriores de Rusia mencionó en sus críticas unas declaraciones pronunciadas dos días antes por el viceministro de Defensa británico, James Heappey, en las que defendía que es “completamente legítimo” que Ucrania destruya algunos objetivos en Rusia para paralizar su ofensiva. No obstante, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, fue más allá este jueves y respaldó, con matices, las palabras de su ministra de Exteriores, Liz Truss, de que Rusia debía ser empujada “fuera de toda Ucrania”. Preguntado por el canal Sky News si esto incluía Crimea, anexionada por Rusia en 2014, Wallace distinguió entre la situación de la península del mar Negro y la del resto del país.

“Hay un largo camino por recorrer antes de que Ucrania avance hacia Crimea”, puntualizó el titular de la defensa británica, quien señaló que lo primero es “echar a Rusia de donde está ahora y ayudar a Ucrania a recuperar de nuevo los acuerdos de Minsk que Moscú rompió”, en referencia a los protocolos firmados en 2015 entre los Gobiernos de Ucrania y Rusia que, entre otros puntos, contemplaban conceder más autonomía a la región de Donbás, de mayoría rusófona, y la retirada de todas las fuerzas presentes allí. Ninguno de ellos se cumplió.

Durante su rueda de prensa semanal, Zajárova también aseguró que Ucrania, Estados Unidos “y las estructuras de la OTAN y de la Unión Europea” están preparando “una provocación a gran escala en el ámbito cibernético” contra Rusia. Hace apenas cinco días el ministerio del que es portavoz también acusó a Occidente de preparar ataques de falsa bandera biológicos, químicos o nucleares en Ucrania para culpar al Kremlin. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, incidió poco después en que su país no desea una Tercera Guerra Mundial, pero que existe “un riesgo serio y real” de que se produzca y “no debe subestimarse”.

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