El golpe de Estado perpetrado el lunes en Myanmar por el ejército, que detuvo a la jefa de facto del gobierno civil Aung San Suu Kyi y a otros dirigentes, suscitó una avalancha de condenas en todo el mundo.

“Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Myanmar, y tomará acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten”, dijo la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.

Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, pidió al ejército birmano “liberar a todos los responsables del gobierno así como a los dirigentes de la sociedad civil y a respetar la voluntad del pueblo de Myanmar tal y como se expresó en las elecciones democráticas del 8 de noviembre”.

Washington, como otros países occidentales, había instado al ejército, el 29 de enero, a “adherir a las normas democráticas”, cuando el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, declaró que la Constitución del país podía ser “revocada” en ciertas circunstancias.

Unión Europea

“Condeno con firmeza el golpe en Myanmar. El gobierno legítimo debe ser restituido, en línea con la constitución del país y la elecciones de noviembre. Llamo a la liberación inmediata e incondicional de todos los detenidos”, apuntó en un tuit la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

A su vez, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó en Twitter un mensaje similar. “Condeno firmemente el golpe de Estado en Myanmar y llamo a los militares a que liberen a todos los detenidos ilegalmente en operaciones en todo el país”, expresó.

Ni Von der Leyen ni Michel, sin embargo, mencionaron a Aung San Suu Kyi, formalmente asesora especial y la jefa de hecho del gobierno civil, arrestada en uno de esos operativos militares. “El resultado de las elecciones debe ser respetado y el proceso democrático restaurado”, apuntó Michel.

Reino Unido

El primer ministro británico, Boris Johnson, expresó: “Condeno el golpe de Estado en Birmania y la detención ilegal de civiles, entre ellos Aung San Suu Kyi. El voto de la población debe ser respetado y los dirigentes civiles deben ser liberados”.

“La asamblea nacional debe por su parte reunirse de nuevo pacíficamente”, tuiteó por su lado el ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.

China

El régimen chino, apegado a su discurso de no injerencia, fue menos crítico y pidió que se resuelvan los conflictos. “Esperamos que todas las partes implicadas en Myanmar solucionarán sus diferendos en el marco de la Constitución y de las leyes para mantener la estabilidad política y social”, declaró Wang Wenbin, un portavoz de la diplomacia china. “China es un vecino amistoso de Myanmar”, aseguró el portavoz.

Según él, Beijing “está tratando de comprender mejor la situación actual” tras el golpe.

Australia

“Llamamos al ejército a respetar el Estado de derecho, a resolver los diferendos con mecanismos legales y a liberar inmediatamente a todos los dirigentes de la sociedad civil y otras personas detenidas ilegalmente”, declaró la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Marise Payne.

Naciones Unidas

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “firmemente” el domingo por la noche el arresto por el ejército de Aung San Suu Kyi y de otros dirigentes políticos. “La declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares (…) representa un duro golpe a las reformas democráticas en Myanmar”, añadió.

India

“Observamos con mucha preocupación los hechos en Myanmar. India siempre ha aportado apoyo constante al proceso de transición democrática en Myanmar. Pensamos que el Estado de derecho y el proceso democrático deben ser respetados”, reaccionó el ministerio indio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

Singapur

El ministerio de Relaciones Exteriores de Singapur manifestó su “gran preocupación” respecto a la situación en Myanmar y dijo esperar que todas las partes “den muestras de moderación”.

Canadá

El ejército birmano “escribió la Constitución de esta manera para poderlo hacer”, afirmó Bob Rae, embajador de Canadá en las Naciones Unidas, en Twitter. “La Constitución de 2008 fue concebida específicamente para garantizar que el poder militar permanezca profundamente arraigado y protegido”, añadió.

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