🔸 El exfutbolista cumple una sentencia de 75 años por secuestro y afirma que acercarse a la religión cambió su vida.
#DEPORTES | Con una biblia en su regazo, una sonrisa en su rostro y un semblante de tranquilidad, Omar Ortiz se siente un hombre libre, pese a estar cumpliendo una condena de 75 años por secuestro, y es que el exportero ha cambiado los guantes y las grandes atajadas por la palabra de Dios.
A casi 13 años de su arresto, el Gato ha encontrado la paz en el Centro de Readaptación Social de Cadereyta, donde intenta diariamente transmitir su religión al resto de sus compañeros, quienes también están privados de su libertad.
En marzo de 2017, la vida de Omar dio un giro de 180 grados durante el motín que hubo en el cereso y que dejó un saldo de cuatro muertos y 29 heridos, entre ellos el exfutbolista profesional, quien se acercó a la religión y se ha convertido en el “pastor” de este lugar.
«La palabra lo dice. La palabra dice ‘conocerás la verdad y la verdad os hará libres’. Yo estoy libre. Mi cuerpo a lo mejor se mantiene en este lugar, pero espiritualmente yo no me enfoco en el lugar donde me encuentro. Hay una palabra que Dios transmite a través de mí, de esa ciudad la cual Dios promete a todos los que vamos a estar con él».
«No fue algo mío, fue algo de Dios, de un día para otro. En un motín que se hizo en el módulo cinco, hubo tragedia ese día rodeado de muerte, rodeado de mucho fuego, de mucha agresividad y de un día para otro empiezo a hablar de Dios», relata Omar Ortiz sobre su transformación a un hombre de fe.
«Qué bueno que se echó a perder mi vida, porque con la palabra de Dios, el que pierde su vida, la hallará y hoy tengo mejor vida con Dios, ¿cómo? En ese motín. Yo despierto muy golpeado, me llevaron al hospital y todo. En algunos lugares dijeron ‘mataron al Gato Ortiz’; ahí se murió esa persona. Esa persona en la cual para muchos era agradable, divertida, a lo mejor difícil de tratar, rebelde, enojona».
«Para mí, el futbol fue una etapa que ya quedó atrás, como todo lo de mi proceso ya quedó atrás. El proceso de haber llegado a este lugar ya quedó atrás. Para mí, yo ya no revivo las cosas las cuales viví anteriormente, sino que ahora me enfoco en lo que viene para mí en las manos de Dios».
El ex jugador fue detenido el 7 de enero de 2012 y siete años después recibió una condena de 75 años por estar implicado en tres secuestros.