La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se bañó en el río Sena junto al presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos, Tony Estanguet, para demostrar que sus aguas, “frescas” y muy “agradables” según la primera edil, son ya aptas para acoger las pruebas olímpicas previstas en ellas.

A nueve días de la ceremonia inaugural, que también se desarrollará con el Sena como escenario y será la primera apertura olímpica celebrada fuera de un estadio, la alcaldesa socialista cumplió la promesa que realizó hace meses y que tuvo posponer en varias ocasiones porque las lluvias de los últimos meses retrasaron la adecuación del agua a niveles aptos al baño.

“Finalmente hoy estamos contentos de ver que lo hemos conseguido”, destacó Hidalgo tras haberse no solo zambullido en el río, sino también nadado unas decenas de metros.

“Por supuesto que va a permitir las pruebas de los Juegos Olímpicos, por supuesto que va a permitir el baño el próximo año. Es un legado importante”, subrayó.

Como ya había hecho la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, el pasado sábado, con esta iniciativa las autoridades francesas buscan despejar una las grandes incógnitas de cara a París 2024: si la gran apuesta de celebrar allí las pruebas de maratón en aguas abiertas y del segmento de natación del triatlón saldría finalmente bien.

Hidalgo se presentó en los muelles del Sena cerca de las 10:00 h local, ataviada con un neopreno corto y gafas de bucear, junto a Estanguet, que lucía un bañador y una camiseta negra de París 2024.

Estuvieron acompañados en el agua por el concejal de Deportes del Ayuntamiento de París, Pierre Rabadan, y por el prefecto (delegado del Gobierno) de la región parisina de Île-de-France, Marc Guillaume.

Herencia olímpica frente al cambio climático
La alcaldesa fue la primera en entrar en las aguas, que calificó después de muy “agradables” y “frescas”, incluso bastante “transparentes”, a pesar de que este miércoles había cierta corriente.

“Formidable” fue la palabra que empleó Estanguet para describir el chapuzón, en declaraciones a la prensa, además de remarcar que supone un “mensaje muy importante a todos los atletas”.

Fue un “desafío” que “no fue simple”, coincidieron ambos, al remarcar que la recuperación del Sena -tras casi un siglo en el que el baño no estuvo autorizado por razones sanitarias- ha sido un reto que ha costado cuatro años de trabajo intenso y de coordinación a distintos niveles de la Administración.

Los Juegos “han sido el acelerador” para limpiar el Sena, precisó Hidalgo, pero el objetivo de fondo era devolver el río a los ciudadanos, en un contexto de adaptación de la ciudad al cambio climático.

“Es por nuestra calidad de vida de hoy y mañana, por nuestros hijos y para que los océanos estén limpios”, recalcó Hidalgo.

Para Estanguet, “descontaminar un río es un símbolo muy importante” en la lucha contra el cambio climático, que permitirá, a la vez, tanto refrescarse en periodos de ola de calor como practicar deportes en cuatro puntos que estarán habilitados al baño para todo el público a partir del próximo verano.

Tras Hidalgo, Estanguet, Rabadan y Guillaume, decenas de personas saltaron también al agua para celebrar la limpieza del Sena e incluso aprovecharon para practicar en pequeños grupos deportes como el waterpolo.

La apuesta por el río Sena para celebrar la prueba de natación del triatlón, el 30 de julio para los hombres, el 31 para mujeres y el 5 de agosto para el relevo mixto, así como los maratones de aguas abiertas femenino y masculino del 31 y el 5 de agosto, forma parte de la estrategia de París 2024 para que los lugares más emblemáticos la capital acojan los eventos de los Juegos.

Las administraciones han invertido mil 400 millones de euros desde 2016 en un ambicioso plan para permitir el baño que ha incluido, entre otras obras, la construcción de depósitos gigantes.

Estos evitarán, sobre todo, que el agua de las cloacas vaya al río y lo contamine, sin pasar por las depuradoras en periodos de fuertes precipitaciones.

Precisamente, el tiempo más lluvioso de lo habitual en los últimos meses fue lo que retrasó que el río fuera apto al baño un poco más de lo previsto este verano, ya que de otra manera la alta presencia de bacterias como la Escherichia coli (E. coli) puede generar enfermedades como fuertes gastroenteritis.

 

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