Jeans Stoltenberg dejará el liderazgo de la Alianza del Atlántico Norte el 30 de septiembre.
Los aliados de la OTAN eligieron al primer ministro neerlandés, Mark Rutte, como próximo jefe de la OTAN, en un momento en que la guerra en Ucrania hace estragos a sus puertas y la incertidumbre planea sobre la futura actitud de Estados Unidos hacia la alianza transatlántica.
El nombramiento de Rutte se convirtió en una formalidad después de que su único rival para el puesto, el presidente rumano Klaus Iohannis, anunciara la semana pasada que había abandonado la carrera, al no haber logrado conseguir apoyos.
«El Consejo del Atlántico Norte ha decidido nombrar al primer ministro neerlandés, Mark Rutte, próximo secretario general de la OTAN, sucediendo a Jens Stoltenberg», informó la OTAN en un comunicado.
«El señor Rutte asumirá sus funciones como secretario general a partir del 1 de octubre de 2024, cuando expire el mandato del señor Stoltenberg tras diez años al frente de la Alianza», añadió.
Tras declarar su interés por el puesto el año pasado, Rutte obtuvo pronto el apoyo de miembros clave de la Alianza como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.
Otros se mostraron más reticentes, sobre todo los países de Europa del Este, que argumentaron que el puesto debía recaer por primera vez en alguien de su región.
Pero al final apoyaron a Rutte, feroz crítico del presidente ruso, Vladimir Putin, y firme aliado de Ucrania.
Stoltenberg acogió con gran satisfacción la elección de Rutte como su sucesor.
«Mark es un auténtico transatlántico, un líder fuerte y un creador de consenso», afirmó. «Sé que dejo la OTAN en buenas manos», confió.
La OTAN toma las decisiones por consenso, por lo que Rutte, que se retira de la política neerlandesa tras casi 14 años como primer ministro, sólo podría ser confirmado una vez que los 32 miembros de la alianza le dieran su respaldo.
Rutte se enfrentará al reto de mantener el apoyo de los aliados a la lucha de Ucrania contra la invasión rusa, evitando al mismo tiempo que la OTAN se vea arrastrada directamente a una guerra con Moscú.
También tendrá que lidiar con la posibilidad de que Donald Trump, escéptico ante la OTAN, regrese a la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales estadunidenses de noviembre.
El posible regreso de Trump ha inquietado a los líderes de la OTAN, ya que el ex presidente republicano puso en duda la voluntad de Estados Unidos de apoyar a otros miembros de la alianza en caso de ser atacados.