Willie Mays, el electrizante pelotero cuya combinación singular de talento, actitud y expresividad lo convirtió en uno de los deportistas más queridos y destacados en la historia de Estados Unidos, ha fallecido. Tenía 93 años.

La familia de Mays y los Gigantes de San Francisco anunciaron conjuntamente el martes que el exjugador había muerto el martes por la tarde en el área de la Bahía de San Francisco.

«Mi padre ha fallecido en paz y rodeado por sus seres queridos», anunció su hijo Michael Mays, en un comunicado que emitió el club. «Quiero agradecer a todos ustedes, desde el fondo de mi corazón roto, por el amor incondicional que le han mostrado durante años. Ustedes han sido la inspiración de su vida».

El jardinero central era el miembro más longevo del Salón de la Fama que seguía con vida. Su forma de atrapar la pelota con el guante y sus recorridos por las bases mientras su gorra salía volando simbolizaron su alegría por jugar.

Fue elegido al recinto de los inmortales en 1979, su primer año de elegibilidad. En 1999 quedó sólo detrás de Babe Ruth en la lista de The Sporting News sobre los principales astros en la historia del deporte.

Los Gigantes retiraron su número 24 y edificaron su AT&T Park en San Francisco sobre la Plaza Willie Mays. Su atrapada por encima del hombro para hacerse de un largo batazo en la Serie Mundial de 1954 es una de las hazañas defensivas más celebradas en el béisbol.

«Todo el béisbol de las Grandes Ligas está de luto hoy, cuando nos preparamos para reunirnos en el mismo parque donde comenzó una carrera y un legado como ningún otro», expresó el comisionado Rob Manfred. «Willie Mays llevó su brillantez en todos los aspectos desde los Black Barons de la Liga Negra Americana hasta la franquicia histórica de los Gigantes, de costa a costa en Nueva York y San Francisco.

«Willie inspiró a generaciones enteras de peloteros y fanáticos a medida que este deporte creció y se ganó de verdad su lugar como nuestro Pasatiempos Nacional… Sus logros y estadísticas increíbles apenas sirven para comenzar la descripción de la maravilla que era ver a Willie dominar el béisbol en cada forma imaginable. Nunca olvidaremos a este verdadero Gigante, dentro y fuera del terreno».

A lo largo de 22 temporadas, casi todas con los Gigantes de Nueva York y luego de San Francisco, Mays bateó para .302, conectó 660 jonrones, totalizó 3.283 hits, anotó más de 2.000 carreras y ganó 12 Guantes de Oro.

Por encima de sus números, Mays fue el jugador utilizado como barómetro para medir la grandeza en el diamante. Cuando algún jugador empezaba a despuntar en las décadas de los 50 y 60, se solía decir, «pero no es Willie Mays».

Premiado por el presidente Barack Obama con la Medalla de la Libertad en 2015, Mays dejó recuerdos imborrables a sus admiradores.

«Willie Mays no fue sólo un deportista singular, bendecido con una combinación sin paralelo de gracia, talento y poder», escribió Obama el martes en la red social X. «Fue también una persona maravillosamente cálida y generosa, e inspiró a toda una generación».

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