Washington.- El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió a los cancilleres de México, Alicia Bárcena, y de Guatemala, Carlos Ramiro, redoblar la coordinación entre los tres países en materia migratoria ante los elevados flujos de personas que llegan a territorio estadounidense.
«Estamos aquí para redoblar la colaboración que tenemos para lidiar con los flujos migratorios. Estamos viviendo un momento histórico porque hay más desplazamientos de personas que en cualquier otro momento de nuestra historia», dijo al iniciar una reunión trilateral en la sede del Departamento de Estado, en Washington.
Es la primera vez que el Gobierno guatemalteco se suma a este tipo de conversaciones desde que el pasado enero asumió el poder el nuevo presidente del país centroamericano, Bernardo Arévalo de León.
La migración es además uno de los temas más importantes en la campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo noviembre, en las que el actual mandatario, Joe Biden, buscará su reelección.
Al iniciar el encuentro, Blinken dijo que la cooperación con México «nunca había sido tan fuerte» y deseó al país «mucho éxito» de cara a las elecciones presidenciales que celebrará en junio.
Sobre Guatemala, aseguró que «admira» el trabajo de su nuevo Gobierno y se declaró «complacido» de que Arévalo de León pudiera asumir la Presidencia pese a las dificultades del proceso de transición.
El secretario de Estado defendió la necesidad de asegurar que la migración sea «segura, ordenada y humana», al tiempo que se debe atender las «causas de raíz» que llevan a millones de personas a abandonar sus países.
Por su parte, la canciller mexicana expresó su «irrestricto apoyo» al nuevo Gobierno de Arévalo de León y celebró que su incorporación en estas conversaciones migratorias permitirá dotar al asunto de «una mirada regional» que será de «gran trascendencia».
Bárcena subrayó que México ve a los migrantes «como personas en movilidad laboral» a las que hay que dar oportunidades e insistió en la necesidad de impulsar el desarrollo económico de la región para que la migración pase de ser «una condición impuesta a una opción».