El gobierno mexicano lanzó el viernes un mensaje contundente a los migrantes para que no se dejen engañar por los traficantes y opten por llegar a Estados Unidos gestionando sus solicitudes para las visas antes de entrar a México, porque aunque la semana que viene cambiarán algunas normas, el país vecino seguirá expulsando a quienes crucen ilegalmente y los riesgos de cruzar México siguen siendo una realidad.

“Estamos viendo un flujo los últimos días muy importante sobre la base de un engaño”, explicó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Los traficantes o polleros “les dicen: apúrense a llegar a Estados Unidos cruzando México porque el 11 de mayo van a quitar el titulo 42”, la norma sanitaria impuesta al inicio de la pandemia que permitía expulsiones inmediatas con la excusa del COVID-19.

“No es cierto… que van a dejar de repatriar a personas que ingresen de manera indocumentada”, insistió el canciller durante la conferencia matutina presidencial. “Es un engaño y se arriesgan”.

Además del peligro de viajar hacinados en camiones, o de exponerse a robos o extorsiones de delincuentes y autoridades, otro de los grandes riesgos son los secuestros.

El año pasado, más de 2.100 extranjeros fueron retenidos por traficantes de migrantes, según informó el viernes el Instituto Nacional de Migración en un comunicado. En los últimos meses la situación ha empeorado o, al menos, se ha tenido información de más casos masivos.

En Sonora, estado fronterizo con Arizona, las autoridades estatales anunciaron el viernes de madrugada operativos de búsqueda a petición del consulado de Colombia de, al menos, diez migrantes de esa nacionalidad secuestrados desde principio de semana cuando viajaban en autobus hasta la frontera.

Según explicó a la AP uno de los familiares, Johan Morales, vía telefónica desde Bogotá, el martes por la mañana perdieron la pista de sus padres, su hermano de 18 años, sus tíos y varios amigos ya cerca de la fronteriza San Luis Río Colorado, desde donde planeaban entregarse a Estados Unidos para pedir asilo.

El jueves de madrugada su primo, que vive en el estado de Nueva York, recibió la primera llamada pidiendo un rescate de 2.500 dólares por cabeza para liberarlos.

Morales agregó que el grupo había tomado un autobús en la ciudad de Tepic, en el Pacífico y casi 1.800 kilómetros al sur, y que había más migrantes con ellos que, aparentemente, tampoco llegaron.

En esa misma zona hace justo una semana fueron localizados por las autoridades otros 63 migrantes secuestrados, la mayoría ecuatorianos. Su búsqueda también comenzó por una petición consular.

El presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó en la conferencia que también volvía a haber casos de secuestros de migrantes en San Luis Potosí, en el centro norte del país, donde en abril, buscando a 20 secuestrados encontraron en torno a un centenar.

Todos los cambios en políticas migratorias de México y, sobre todo de Estados Unidos, suelen tener un efecto llamada porque, supongan o no beneficios para los migrantes, los traficantes siempre tergiversan las noticias para que así parezca e incentivar el negocio ilícito.

En esta ocasión, aunque Estados Unidos dejará de aplicar la semana que viene el llamado título 42, la situación no cambiaría para venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, que, junto a los centroamericanos, suponen el grueso de quienes cruzan México. Habrá 30.000 visas mensuales para esas cuatro nacionalidades y México se compromete a seguir recibiendo un número igual de quienes crucen ilegalmente.

Sin embargo, sí hay un cambio con los migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador que ahora podrán acceder desde sus países a 100.000 visas estadounidenses por reunificación familiar.

Estados Unidos va a abrir centros de procesamiento de migrantes en Guatemala y Colombia para atender nuevas solicitudes y tanto el gobierno federal como los estatales y las ciudades fronterizas ya se preparan para una masiva llegada de migrantes.

No ocurre lo mismo en México. Según López Obrador, “estamos pendientes pero tenemos el mismo plan que se ha aplicado en otras ocasiones de albergues, servicio médico”.

Las organizaciones civiles, que son las que mayoritariamente gestionan estos lugares, llevan alertando desde hace semanas que se encuentran al máximo de su capacidad.

El presidente mexicano insistió en que el gobierno cuidará de los migrantes pero en la mente de muchos está el suceso ocurrido hace poco más de un mes cuando 40 migrantes detenidos en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en la fronteriza Ciudad Juárez murieron asfixiados en un incendio. El jefe del instituto y siete funcionarios más están bajo proceso por ese caso.

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