Una empresa de renta de vehículos denunció la desaparición de 23 presuntos turistas y dos choferes. Al buscarlos las autoridades encontraron a más de 100 migrantes secuestrados por un grupo criminal

La búsqueda de 23 supuestos turistas de Guanajuato que ha llevado al hallazgo de al menos 100 personas migrantes secuestradas fotografía los riesgos a los que están expuestos los migrantes en su paso por México. No solo es que las autoridades del Instituto Nacional de Migración los dejen morir encerrados ante un incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, también está el riesgo de ser víctimas de tráfico de personas.

El pasado 4 de abril, una empresa dedicada a la renta de vehículos denunció la desaparición de dos de sus vehículos, los dos choferes que los manejaban y las personas que habían rentado el servicio. Los empresarios indicaron que habían rastreado los coches hasta una zona en el norte de San Luis Potosí. Ese mismo día, la Fiscalía de ese Estado informó del rescate de 16 personas en la zona señalada por la empresa, pero más tarde, rectificó y reconoció que el grupo encontrado no correspondía al de los 23.

Este 6 de abril, mientras buscaban a los desaparecidos, las autoridades estatales y federales hallaron a 100 personas secuestradas por un grupo armado que opera en San Luis Potosí y que asesinó a uno de los choferes denunciados como desaparecidos. Aunque las personas fueron encontradas en distintos puntos, las autoridades han afirmado que se trata de un mismo grupo delincuencial. El Ejército mexicano ya ha enviado a 300 elementos para reforzar la seguridad en dicho estado.

Lo sucedido en estos días, santos para los católicos, es un episodio más de un viacrucis para los migrantes, descrito a detalle por la Organización Internacional para las Migraciones en un análisis recientemente publicado. México es un país de origen, tránsito y destino de migrantes, y en los últimos años más de tránsito. En 2018, con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, las puertas del país fueron abiertas de par en par a los migrantes centroamericanos. Sin embargo, a los pocos meses, se volvieron a cerrar ante la amenaza del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a los productos mexicanos importados hacia su país si las autoridades mexicanas no hacían nada para detener los flujos migratorios. La frontera sur de México se volvió una nueva especie de muro para los migrantes. Con la llegada del presidente Joe Biden al Gobierno estadounidense, esto no se ha revertido.

El 2022 fue el año con mayor número de detenciones a migrantes que transitaban por territorio mexicano sin documentos, alcanzando una cifra de 444.439 arrestos. Ahora, además de migrantes centroamericanos, México está recibiendo personas que huyen de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Ecuador y Haití por razones económicas, políticas y de seguridad. Mientras tanto, ni en México, ni Estados Unidos, ni en estos países de donde son expulsadas las personas masivamente se ha encontrado una solución a los diversos problemas que los aquejan, tampoco se ha encontrado una manera de hacer que la migración sea segura, ordenada y regular como lo reza el Pacto para la Migración Segura, Ordenada y Regular, elaborado por las Naciones Unidas y adoptado por más de 150 países (entre ellos México).

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