El metro de Ciudad de México encadena un incidente tras otro recientemente y las autoridades optaron por una medida no exenta de polémica para tratar de solucionarlo: recurrir a la Guardia Nacional.

El último suceso registrado en esta red de transporte público, que antes de la pandemia daba servicio a unos 4,6 millones de pasajeros al día y es esencial para el traslado de muchos mexicanos a sus trabajos, ocurrió este mismo domingo cuando dos de los vagones se separaron y hubo que desalojar la estación de Polanco.

Pero la lista de incidentes es larga. Por ello, la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció el pasado jueves el despliegue «por unos meses» de más de 6.000 agentes de la Guardia Nacional para vigilar la extensa red de metro y tratar de frenar estos episodios.

El anuncio, que fue recibido con escepticismo por muchos usuarios que se encontraron desde el fin de semana a agentes uniformados en las estaciones del suburbano, fue criticado por quienes consideran que los siniestros se deben a falta de mantenimiento y no a la inseguridad.

Y ello levantó grandes dudas sobre cuál será el papel que podrá desempeñar la Guardia Nacional ante, por ejemplo, posibles fallas técnicas. Pero las autoridades calificaron algunos de los recientes incidentes como «fuera de lo normal», apuntando que podría tratarse de sabotajes intencionados, por lo que se justificaría la presencia de los agentes.

Además, la medida chocó con organismos de derechos humanos que aseguran que el despliegue de la Guardia Nacional, un cuerpo dependiente de la Secretaría de Defensa, supone militarizar un transporte de usuarios civiles, algo que el propio presidente mexicano ha negado.

Largo historial de incidentes

El accidente del domingo en Polanco ya está siendo investigado por la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México.

Este lunes, el director del metro, Guillermo Calderón, aseguró que el tren había pasado por labores de mantenimiento pocos días antes y apuntó como causa preliminar al hallazgo de un tornillo flojo y otro degollado, algo que calificó como un hecho «atípico».

El mismo domingo, cuando ya la Guardia Nacional estaba operando en su nueva función de vigilancia del metro, el servicio tuvo que ser detenido momentáneamente después de que un objeto metálico cayera a la vía en la estación Bellas Artes.

Pero el tema volvió a estar especialmente en el centro de la polémica el pasado 7 de enero, cuando un choque entre dos trenes se saldó con la muerte de una joven y decenas de heridos. Sheinbaum reveló que la caja negra había sido robada y localizada después en una camioneta.

El gobierno municipal calificó este lunes de «premeditados y malintencionados» estos últimos incidentes que ya han sido denunciados. «No señalamos a nadie, que la Fiscalía investigue. Todo nuestro reconocimiento a los trabajadores», dijo la jefa de gobierno de la capital mexicana.

Lo cierto es que, casi a diario, usuarios descontentos plasman en redes sociales sus quejas sobre el funcionamiento del suburbano y las múltiples averías que presenta. El pasado miércoles se registró un fuego en uno de los trenes y, tres días antes, la caída de un cable eléctrico afectó temporalmente al servicio.

Ante las acusaciones de que las fallas puedan deberse a falta de mantenimiento, Sheinbaum aseguró que el metro tiene este año más recursos que el anterior, si bien es cierto que el presupuesto fue menor durante la pandemia de covid-19 por la disminución de usuarios y la comparativa no tiene en cuenta la inflación acumulada cada año.

Aunque no descartó que el presupuesto pueda reforzarse, la funcionaria recordó otras importantes inversiones como la modernización que concluirá este año de la línea 1, la más antigua y utilizada en un metro inaugurado en 1969.

Precisamente este domingo se reinauguró parte de la línea 12 que fue cerrada tras el trágico desplome de dos vagones que viajaban por un tramo elevado y que dejó 26 muertos en 2021, lo que reavivó el debate sobre el mantenimiento y fallas en su construcción.

Ese mismo año, un incendio en un puesto de control se saldó con una persona fallecida y dejó sin servicio a seis de las líneas del metro.

Lluvia de críticas por la «militarización» del metro

La supuesta solución a estos incidentes, el despliegue de la Guardia Nacional en el metro para su vigilancia, alimentó la polémica por el creciente poder que el actual gobierno mexicano ha dado a los militares que, más allá de la seguridad pública, también construyen aeropuertos y sistemas ferroviarios.

Con esta medida «se atenta contra el principio de excepcionalidad, abonando al proceso de normalizar la militarización del país», criticó Amnistía Internacional en un comunicado.

Según tuiteó el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el anuncio «es preocupante, pues es patente que esta corporación reproduce las inercias castrenses de opacidad y uso excesivo de la fuerza. Llamamos a que se activen mecanismos extraordinarios de supervisión».

La posible aparición de conflictos derivados del trato de estos agentes hacia población civil «es un riesgo que se corre, indudablemente», le dice a BBC Mundo el especialista en seguridad Javier Oliva, si bien señala que muchos de ellos están capacitados para planes de auxilio a la población civil en casos de desastres, pese a ser «un contexto diferente».

Otros analistas cuestionaron su preparación para este desempeño incluso en el caso de que estuviéramos ante acciones de sabotaje y no de averías por falta de mantenimiento.

«¿Un sargento entrenado para combatir se va a ocupar de que los sistemas hidráulicos de un vagón hayan sido verificados por los mecánicos?», se preguntó el columnista del diario Milenio Román Revueltas Retes en un artículo titulado «¿Policías en vez de técnicos ferroviarios?».

«Ver pasar trenes y pasajeros no parece la mejor manera de identificar conspiradores. En todo caso, parecería mucho más útil tener un grupo de investigadores, apuntalados por especialistas técnicos, que pudiera jalar las hebras de los diversos incidentes y dar con los posibles responsables», escribió en el diario El Universal el experto en seguridad Alejandro Hope.

«Pero si se considera que se necesita vigilancia adicional, ¿por qué usar a la Guardia Nacional para ese propósito? La Ciudad de México cuenta con 90,000 policías propios», agregó, a la vez que consideró que la decisión responde a fines más políticos que operativos.

«Había que ofrecer algún tipo de respuesta vistosa, fuese útil o no para enfrentar la supuesta amenaza. Poner a muchos guardias nacionales a patrullar el sistema encaja en esa lógica».

Objetivo de «cuidar al pueblo»

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respondió a estas críticas asegurando que el objetivo del despliegue es «cuidar al pueblo».

«¿Qué tal que sí sean actos provocados y que lo quieran es que suceda una desgracia mayor ¿No lo vamos a evitar porque van a decir que estamos militarizando al país?», cuestionó la semana pasada.

«Vamos a tener vigilancia y si a eso le llaman militarización, o como le llamen, asumimos la responsabilidad, porque vale más prevenir que lamentar», agregó.

Sheinbaum, por su parte, aseguró que la presencia de la Guardia Nacional en el metro es «totalmente legal» y defendió que «está para cuidar y para proteger a los usuarios».

«Para todos aquellos que dicen que es una militarización del Metro, es absolutamente falso: la Guardia Nacional es una institución de nuestro país y es tan falso que ni siquiera van armados», respondió.

Las autoridades no ofrecieron detalles sobre cuáles serán las funciones específicas de los agentes en el metro salvo que «inhibirán acciones en contra de la infraestructura, trenes y usuarios» como «acción preventiva» con tareas de «proximidad social».

Según el experto Oliva, los agentes se centrarán probablemente en situaciones que puedan darse en los andenes como incidentes en los que deban liderar un desalojo de la estación, por ejemplo. También cree que su presencia podría traducirse en una reducción en el número de riñas entre usuarios o robos de carteristas.

«Pero yo creo que la cuestión de estos accidentes que estamos viendo está realmente en los talleres, en las áreas de mantenimiento de los trenes», asegura a BBC Mundo.

Sheinbaum afirmó este lunes que «la Guardia Nacional está en estos momentos en los andenes y a partir de ayer (domingo) está fuera de los talleres. Y también, si es necesario, solicitaremos su presencia en otros lugares».

La estrategia del gobierno también contempla el despliegue de unos 50 agentes como «usuarios simulados» encubiertos entre los pasajeros. Asimismo, trabajarán de manera coordinada con los miles de policías que ya desempeñan labores de vigilancia en el sistema de transporte.

Lo cierto es que las explicaciones de las autoridades no frenaron protestas como la organizada por un grupo de personas el pasado viernes bajo el lema «Fuera Guardia Nacional del metro», que terminó con destrozos en parte de las instalaciones.

Ese mismo día, se hizo viral el video de la detención por parte de la Guardia Nacional de un joven que se manifestaba en el metro contra su presencia. Las autoridades capitalinas informaron que el detenido había realizado pintadas en las instalaciones.

Sin embargo, el director del metro aseguró poco después que el joven había sido liberado sin ninguna sanción y que los responsables de su detención fueron suspendidos.

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